Una brillante tarde sabatina
abrí nuestra caja de pandora.
feliz como hombre que camina
muy enamorado de su señora .
Sin saber lo que pasaría
la ternura nació de repente;
placidez la que sentía,
mirar ese hermoso semblante.
El afecto creció sobremanera.
Tampoco logré imaginar;
amarte así la vida entera,
Aún caído, te voy a amarP. Ponce